26.8.10

La propia nubecita

Un pollito viaja en una vespa azul celeste. "Se montaba en su nube, en su nube voladora". Grito te quiero, él mira arriba y me lanza un beso. Cuando desaparece por la calle, aparece a cambio una mariposa azul brillante. Morphos azul. La mariposa esta aparece a veces como una epifanía de momentos románticos de nuestro amor. Me gusta interpretarlos como signo de que el cosmos nos aprueba. Eso, desde luego, sé que es pura güevonada. En realidad creo que al cosmos sólo le puede importar lo que me pase, como a un científico le importa lo que le suceda a su conejillo de indias. Y aunque esto es lo que creo, hago caso omiso. No sólo de pan vive el hombre, y menos la mujer.

Hoy el pollito me pidió que lo acompañara al banco de occidente (ni hablemos del motivo) pero como me duele el brazo, porque me lo aporrié hace 12 días en un pequeño suceso de caída, decidí no acompañarlo. Cuando oí el ruido de la moto, salí rápido a
repetir la escena, pero dudé mucho entre si hacerlo o no y cuando por fin me decidí, ya era demasiado tarde.