4.2.10

Desilusiones

En "En busca del timpo perdido", el personaje principal se enfermaba porque era un niño sensible que necesitaba recuperar todo el amor que sentía por cada cosa descubierta en su primera infancia. Luego, más grandecito, se escudó tras su enfermedad, para refugiarse del dolor que le causaba entregar tantos sentimientos para casi siempre salir herido. Él se tomó en serio cada edad y por eso sudescripción de cada etapa de la vida es tan maravillosa. Yo también me la paso enferma, pero para frenar el ritmo acelerado con el que quiero hacer las cosas. Y no sé si ese ritmo es bueno o malo. Si soy proactiva o una loquita curiosa. Si parezco un disperso pero exitoso colibrí o resulto lamentablemente confusa, como la niña perdida que a veces se me sale. Es un asco tener que tener un estúpido querido diario online.

Voy a contar la historia completa. Empezó cuando cumplí 5. Kinder. Uno de los regalos que me dieron fue mi primer estúpido querido diario. Era amarillo pollito desvanecido, pequeño, con un candadito de llave simple, algo romántico aunque endeble. En todo caso me gustaba que fuera él quien guardara mis potenciales secretos. Tenía un diseño de márgenes que hoy puedo designar pseudobarroca (creo que ahí empezó mi obsesión con lo pesudo, con el halfway y todo eso me llevó a la búsqueda del equilibrio, del justo medio, y entonces fue que me perdí).

Esta Laura pequeña –hoy tan distante-, llevaba ya muchos días, -imposible calcular hoy qué tantos realmente-, pensando qué escribir en su diario, ella realmente no sentía tener secretos interesantes que contar, ni se le ocurría mejor idea. Entonces le preguntó a los grandes y le dijeron que podía hacer un resumen del día o escribir ideas que se le ocurrían o expresar sentimientos sobre cosas. Ninguna de las anteriores le gustaba. La niña quería historias dignas de ser contadas, cosas apasionantes, tal y como sentía que era y debía ser la vida. Pero no encontraba las palabras. Tampoco consideró que sus maldades merecíeran ese espacio, pues no quería quedarse en lo jarto, sino por fin dar rienda suelta a esa minidiva que sólo se atrevía a mostrar a sus muñecos, todos conformando un público que la escuchaba y miraba todo el tiempo. Y así pasaron más días, hasta que tras un silencio y un blanco en las páginas que le pareció insoportable, la niña se decidió a comenzar su primer querido diario con un sueño.

Todavía recuerdo algunas imágenes de aquel sueño. Era grande y acaso eso era lo único que me importaba, lo único que a esa edad quería: salir de mi cuerpo enano e ignorante y ser una mujer grande en todo sentido. Finalmente crecí fiel a mis deseo (siempre ten cuidado con desear algo que pueda hacerse realidad).

-Me ha conducido mi sueño de la infancia a la felicidad?
-No, en absoluto.
-Soy feliz?
-Podría ser mucho más pero no sé si me interesa.
-Qué es lo que más resalta de mi persona?
-Hay un empate entre dientes y tetas.
-Estoy buena?
Vestida mucho mejor que sin ropa, para ser muy sinceros.
-Vanidosa y mimada?
-Como un putas.
-Competitiva y agresiva?
-Sí y que pereza, yo no quiero ser así.
-Creo que tengo problemas de autoestima?
-En absoluto.

Me adoro y pongo por encima que cualquier otra cosa en esta tierra, justamente eso es lo que trato de cambiar, el problema no es de autoestima, sino de hiperactividad, tal vez a mis 29 años necesite un descanso. Tal vez por eso es que me enfermo y no por una sensibilidad que definitivamente no es cosa de otro mundo (será la hora de empezar a creer en mí? Eso existe o es un cuento hollywoodense?) y tomarme la vida como lo haría un humano. Mi enfermedades no tienen nada que ver con Marcel Proust, ya ni sé por qué vino al caso.

Pd: en el sueño no solo estaba grande, sino que ya tenía un amante y estábamos navegando en un barco grande, en medio de una tormenta nocturna que más que asustarme me dio la oportunidad de hacer un drama de amor. Acaso mi primer drama de amor. Cualquier parecido con hollywood es pura concidencia.

Pd 2: whay are you so angry? Porque miro alrededor y no encuentro que lo que veo sea lo mejor que podemos hacer como seres humanos y por ende no confío en las instrucciones ni reglas de nadie. Yo experimento todo y creo muy poco en lo que para los demás es obvio, así me equivoque muchas veces. El cuerpo es la medida del hombre. Y el principio de incertidumbre es su nuevo límite. Muy terca? Ojalá cada vez menos y más en lo cierto. O que va, sólo menos terca, bienvenida la ignoracia, bienvenida la incertidumbre. Voy a apagar el control. Al menos por hoy.

Pd3: despúes de ese querido diario, vinieron otros. Cuando regresé a Colombia a los 16, por exceso de equipaje, me tocó mandar cosas en una caja, entre ellas todos mis diarios y fotos. La caja llegó al país y la Dian me mandó una carta diciendo que tenía que pagar más de un millón de pesos en impuestos (era 1997) y hacer la vuelta personalmente en Bogotá. Yo era menor de edad, mi papá tenía que acompañarme. Por donde se le viera, costaba más la vuelta que la caja. Mis papás me dijeron que me despidiera espiritualmente de mis queridos diarios. A partir de entonces mis diarios se volvieron estúpidos.