9.11.10

tercer nivel

Estuve en un lugar nublado, sin poder ver allá más que la hora siguiente. De pronto, comprendí que no se trataba más que del retorno a un camino abandonado desde la infancia: el del corazón.

Todo vuelve a cobrar nitidez y por fin logro verme como si fuese otro, como si hubiera encontrado la llave correcta a una puerta. Una que en vez de servir para salir, dejó que entrara todo lo demás: lo que me hacía falta y otras cuantas cosas.

Tal vez tardé 30 años en descubrir lo más difícil de aceptar sin más: el amor a uno mismo. O tal vez llevo 30 años intentando en vano olvidar lo que siempre ha estado ahí. Empiezo a creer saber por fin quién soy, qué quiero y qué no, y fundamentalmente a estar bien con esos hechos.

Mientras escribo, viene mi marido a decirme que cierre los ojos. Siento un olor a gorgonzola que se acerca y me derrite, como luego yo a él en mi boca.

****************

Guardaré tus secretos para siempre. Viviré con ellos una vida entera. Me recordarás en los momentos más vitales, y yo a ti, manteniendo siempre presente que soy humana, que el dolor existe, también el placer. Espero morir en tus brazos tranquilamente, sin sentirme culpable por desvanecer en lo desconocido, dejando atrás esta vida loca que es la vida.

Viajaremos en un cangrejito rojo por el país. Te preguntaré qué comen los cangrejos y me dirás que comida de mar.